martes, 13 de marzo de 2007

Sobre la naturaleza humana y los malos y buenos tiempos

Es importante ver la calamidad actual desde una perspectiva real. La guerra crea una situación que no es nueva en absoluto: simplemente agrava la situación permanente de los seres humanos, que no podemos seguir ignorando.
La vida de las personas siempre ha transcurido al borde del precipicio.
La cultura humana siempre vivió bajo la sombra de algo infinitamente más grande que ella misma. Si los hombres hubieran pospuesto la búsqueda del conocimiento y la belleza hasta que estuvieran seguros, esa búsqueda jamás habría sucedido .
Es un error comparar el presente con "la vida normal".
La vida jamás ha sido normal. Aún en los períodos en que nos parecía estar tranquilos, como en el siglo XIX, si los miramos con detenimiento encontraremos que estuvieron llenos de crisis, alarmas, dificultades, emergencias.
Siempre existieron razones plausibles para dejar de hacer cosas o de construir cultura "hasta que el inminente peligro pase" o "hasta que se haga justicia"
Pero la humanidad, desde tiempos inmemoriales, no le hio caso a las razones plausibles. Quiso tener conocimiento y belleza ahora mismo, y no se puso a esperar que llegara el momento adecuado.
La Atenas de Pericles nos legó no sólo el Partenón sino también la Oración Fúnebre.
Los insectos han elegido un modo de trabajo lineal y previsible: primero buscan el beneficio material y la seguridad, y luego es de presumir que disfrutan de su premio.
El ser humano es diferente. Desarrolla teoremas matemáticos en ciudades sitiadas, produce argumentos metafísicos en celdas de condena perpetua, escribe bromas en mortajas, discute el último poema mientras avanza sobre las puertas de Quebec y enrula su cabello en las Termópilas.
Esto no es una excepción: es nuestra naturaleza.
—C.S. Lewis, sermón predicado en la Iglesia de St. Mary the Virgin en Oxford,
Septiembre de 1939

lunes, 26 de febrero de 2007

"... a los niños se les debe enseñar a aprender"

Fundador del famoso Media Lab en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), Nicholas Negroponte es una autoridad en materia digital.

Hace tres años renunció a su trabajo en el MIT para dedicarse a su proyecto "Un computador por niño", con el que espera repartir notebooks con un costo cercano a los US$ 140, a niños de países del mundo en desarrollo. Es uno de los proyectos más desafiantes y revolucionarios en materia de tecnología y educación.

Viene a Davos hace 25 años, incluso tiene una casa en el pueblo de al lado, Klosters-Serneus. Esta vez ha montado un "show room" para sus famosos laptops, y tiene maratónicas citas con presidentes y empresarios de todo el mundo para expandir su proyecto.

En medio de la vorágine, y rodeado de sus pequeñas y hermosas computadoras blancas, habló con "El Mercurio".

-¿Por qué decidió abandonar su Media Lab para lanzarse a esta aventura?

"En el Media Lab partimos de cero y llegamos a 500 personas. Muchas de nuestras ideas, que eran diferentes y experimentales, fueron adoptadas masivamente. En un momento ya no se trataba de crear cosas, sino de seguir una agenda".

"Un proyecto nuestro fue sobre los niños y el aprendizaje. Tecnológica e intelectualmente estábamos en un punto en que podíamos hacer realidad un laptop para cada niño. Como yo conocía a todos los gerentes y mucha gente había leído "Being Digital" ("Ser digital", Editorial Atlántida, $11.500) estábamos en una posición única para lograrlo. Cinco nos fuimos del Media Lab a fundar 'One laptop per child'. Es una organización sin fines de lucro y el último tiempo lo hemos invertido en concebir y construir el 'computador de US$ 100'".

-¿Por qué decidió hacerlo en este momento de su vida?

"Era lo correcto: no necesito ganar dinero ni verme a mí mismo, no estoy preocupado de mi carrera. Es más fácil, para el objetivo moral de esto, estar muy claro con lo anterior. Entonces, cuando hablo con un jefe de estado, no hay ambigüedad, no estoy haciéndolo para ganar fama o riqueza o vender computadores".

-¿Qué pasa con los niños frente al computador? ¿Cuál es el impacto?

"El niño está mucho mas motivado a explorar, puede crear y construir más. Me decepciono cuando veo que en los colegios les enseñan 'PowerPoint' o 'Excel'. Esas son aplicaciones y ellos no deben ser expertos en computadores, a ellos se les debe enseñar a aprender. El computador es la mejor manera de lograrlo".

"El computador no es una herramienta, sino una extensión del niño, es un estilo de vida. Este proyecto está basado en que cada uno sea dueño del suyo, que se lo lleve, que tenga su música, sus cosas y eso captura muchas horas del día. En muchos países en desarrollo los niños en sus colegios sólo experimentan con computadores dos horas y media al día, por cinco días, y si es que tienen suerte".

-¿Cómo replicará esto por el mundo?

"Nuestra meta es que cada niño tenga uno, y no nos importa si es de los nuestros o no. Eso se logra con gran escala".

"Es como un cohete que se dispara y sale. El lanzamiento ocurre una vez que tenemos el compromiso de los gobiernos para comprarnos 5 millones de máquinas más o menos. Así gatillamos el resto del proceso, echamos a andar el motor".

-¿Cree que es una solución para sacarlos de la pobreza?

"Este es el medio más eficiente y económicamente viable de acabar con la pobreza, pero es de largo plazo. La única forma de eliminar la pobreza es con educación. No creo que sólo arreglar escuelas y entrenar a los profesores va a hacer una gran diferencia, a la velocidad que se requiere. En paralelo, debemos darles un soporte a los niños mismos. Esa es la clave".

-¿Y qué pasa con los padres?

"Cuando los niños llevan el computador a la casa, los padres se involucran, incluso van a la escuela a aprender qué pasa".

"En Camboya hicimos un experimento con niños de primer grado: el doble llegó a la escuela comparado con el año anterior. Los niños comentan entre ellos que el colegio es entretenido, los padres comenzaron a ver que había más valor en que fueran al colegio, en vez de tener a sus hijos trabajando en el campo. Es una visión muy diferente de la tecnología y la educación".

Podría llegar

-¿Por qué no lo está haciendo en Chile?

"No hemos explorado Chile, porque es un país más rico. En la región -con excepciones como Haití- no hay niveles de pobreza como en África y Asia. Pero estamos desarrollando con el BID -un gran socio nuestro- un instrumento financiero para apoyar esto en toda la región. Probablemente llegará a Chile".

-Ya que estamos en Davos, ¿qué opina de las discusiones sobre el futuro global?

"Para mi Davos siempre ha sido un lugar donde poder hablar con grandes líderes políticos y empresariales y, esta vez, sobre un 'laptop por niño'".

"La solución a otros temas que se discuten acá -como la energía, la paz, el medioambiente- incluyen a la educación. Somos parte de la agenda. Muchas veces el Foro Económico Mundial es acusado de que es sólo palabras y no acción. Nosotros somos un ejemplo de que hablamos algo aquí, lo construimos y ahora lo mostramos con mucho gusto".

-¿Cuáles son las grandes amenazas mundiales?

"Soy un optimista por definición y nunca pierdo el sueño por las preocupaciones. Para mí la mayor enfermedad mundial es el nacionalismo y eso es algo con lo que no se nace, es algo que se aprende. Creo que los niños que crezcan con acceso a internet serán inmunes -como una vacuna- al nacionalismo. Eso para mí sería la mayor contribución de la iniciativa".

EN INTERNET

One laptop per child:
www.laptop.org

sábado, 17 de febrero de 2007


Neurogénesis
Confirman que las neuronas se renuevan

WASHINGTON (Reuters).- Investigadores neocelandeses y suecos lograron confirmar que el cerebro humano puede fabricar nuevas neuronas, según un estudio que hoy se publica en la revista Science.

Se sabía ya que los mamíferos, como las ratas y los ratones, crean neuronas a lo largo de su vida y existía evidencia indirecta de que los seres humanos también pueden hacerlo. Ahora, un equipo dirigido por Maurice Curtis, de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda) y Peter Eriksson, de la Academia Sahlgrenska (Suecia) halló estas células que habían eludido a los investigadores con estudios de resonancia magnética en tejidos cadavéricos.

Como sucede en los animales, esas células nacen en una parte del cerebro y migran a la región donde se procesa el olfato. En el camino, maduran hasta convertirse en neuronas. En los animales, el daño cerebral genera el nacimiento de nuevas células. "El estudio proporciona sustento a esa posibilidad en el cerebro humano adulto", afirman los científicos.

Las personas poseen un cerebro más desarrollado, por lo que la búsqueda de esas células fue más compleja. En los animales, esas células nacen en el prosencéfalo y migran al centro del olfato, donde intervienen en el aprendizaje y la adaptación a nuevos olores.

Ciertos estudios demuestran que la pérdida del olfato sería una señal precoz de enfermedad cerebral degenerativa, como el Parkinson. "Este estudio es muy importante porque revela que existen neuronas en los adultos que se están regenerando constantemente", dijo Mark Baxter, de la Universidad de Oxford, Gran Bretaña.

Estos resultados abren un nuevo camino para descubrir cómo reparar daños cerebrales producidos por lesiones o enfermedades. "Ayudan a comprender la biología de las células madre es básico para estudiar la reparación cerebral en enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer, y la aparición de tumores cerebrales", señaló Sebastian Brandner, jefe de la División de Neuropatología del Instituto de Neurología del University College, de Londres.

Maggie Fox

jueves, 15 de febrero de 2007

¿Cuál es la relación entre inteligencia y sabiduría? Podemos ver claramente que no es lo mismo, pues hay personas que son inteligentes pero no son sabias. ¿Estos dos conceptos se relacionan? Y si se relacionan entre sí ¿como lo hacen?

¿Qué es la sabiduría? Consiste en saber qué hacer frente a un montón de situaciones. No estoy tratando de definirla en profundidad, sino de tener una intuición acerca del uso de la palabra. Una persona sabia será la que naturalmente sepa qué es lo correcto en cada caso.

Y el inteligente ¿no sabe que es lo correcto en cada caso? Por ejemplo, sabremos que el inteligente sabe lo que es correcto hacer cuando la maestra le pide que sume todos los números del 1 al 100? . [1]

Hay quien dice que sabiduría e inteligencia son diferentes formas de aproximación a los problemas: los sabios se aproximan a los problemas humanos, y los inteligentes a los abstractos. Pero eso no es cierto. Hay sabiduría que no tiene que ver con lo humano, por ejemplo: la sabiduría de saber cuándo cierta estructura está más próxima a colapsar que otra estructura. Y la gente inteligente es capaz de hallar respuesta a las situaciones humanas tan bien como a los problemas abstractos. (2]

Otra explicación popular es que la sabiduría proviene de la experiencia mientras la inteligencia es innata. Pero las personas no son sabias en proporción a la experiencia que han tenido. Hay otras cosas que contribuyen a la destreza además de la experiencia, tal como una disposición reflexiva, por ejemplo.

Ninguna de las explicaciones convencionales acerca de la diferencia entre inteligencia y sabiduría resiste el análisis. ¿Cuál es entonces la diferencia? Un acercamiento al uso de cada una de las palabras nos puede dar algunas pistas.

Distinciones

"Sabio" e "inteligente" son formas de decir algo que todos sabemos qué significa. La diferencia es que un "sabio" es una persona que tiene una alta calidad en su producción promedio en un tipo de situaciones, y en cambio el "inteligente" tiene una producción espectacular y sobresaliente sólo en unos pocos campos.

Si graficamos la producción de un hábil sobre un eje X/Y, será consistentemente alta y pareja, en cambio la del inteligente tendrá "picos". La inteligencia se juzga por sus picos, y la sabiduría por su promedio. Esta es la relación entre ambas: son dos sentidos diferentes en los cuales se puede observar una curva de talento.

Una persona sabia sabe qué hace en la mayoría de las situaciones, mientras que una persona inteligente sabe qué hacer en las situaciones en las que la mayoría de las personas no sabe.

Esta simple explicación permite predecir cómo podemos distinguir inteligencia de sabiduría. Los problemas humanos del tipo más común pueden resolverse con una performance continua en un alto nivel. Y parece natural que dicha performance se forma a partir de la experiencia. Pero los picos más notables sólo pueden obtener mediante cualidades raras e innatas.

Esta explicación también sugiere que la sabiduría es un concepto elusivo. Sabio significa que uno es bueno haciendo lo que sabe hacer, casi todo. Sin embargo no precisa qué cosas en particular. Toma buenas decisiones. Así como sabio no significa concretamente nada, es al mismo tiempo un compendio de varias habilidades tales como: auto disciplina, experiencia y empatía. [4]

Del mismo modo, aunque la palabra "inteligente" significa algo, nos vemos en aprietos si tenemos que definir de qué se trata la "inteligencia". Usamos la inteligencia en el sentido de habilidad: una persona que puede pensar cosas que otros no han podido. Requiere cierta predisposición innata que en si misma no es inteligencia.

One reason we tend to think of intelligence as inborn is that people trying to measure it have concentrated on the aspects of it that are most measurable. A quality that's inborn will obviously be more convenient to work with than one that's influenced by experience, and thus might vary in the course of a study. The problem comes when we drag the word "intelligence" over onto what they're measuring. If they're measuring something inborn, they can't be measuring intelligence. Three year olds aren't smart. When we describe one as smart, it's shorthand for "smarter than other three year olds."

Split

Perhaps it's a technicality to point out that a predisposition to intelligence is not the same as intelligence. But it's an important technicality, because it reminds us that we can become smarter, just as we can become wiser.

The alarming thing is that we may have to choose between the two.

If wisdom and intelligence are the average and peaks of the same curve, then they converge as the number of points on the curve decreases. If there's just one point, they're identical: the average and maximum are the same. But as the number of points increases, wisdom and intelligence diverge. And historically the number of points on the curve seems to have been increasing: our ability is tested in an ever wider range of situations.

In the time of Confucius and Socrates, people seem to have regarded wisdom, learning, and intelligence as more closely related than we do. Distinguishing between "wise" and "smart" is a modern habit. [5] And the reason we do is that they've been diverging. As knowledge gets more specialized, there are more points on the curve, and the distinction between the spikes and the average becomes sharper, like a digital image rendered with more pixels.

One consequence is that some old recipes may have become obsolete. At the very least we have to go back and figure out if they were really recipes for wisdom or intelligence. But the really striking change, as intelligence and wisdom drift apart, is that we may have to decide which we prefer. We may not be able to optimize for both simultaneously.

Society seems to have voted for intelligence. We no longer admire the sage—not the way people did two thousand years ago. Now we admire the genius. Because in fact the distinction we began with has a rather brutal converse: just as you can be smart without being very wise, you can be wise without being very smart. That doesn't sound especially admirable. That gets you James Bond, who knows what to do in a lot of situations, but has to rely on Q for the ones involving math.

Intelligence and wisdom are obviously not mutually exclusive. In fact, a high average may help support high peaks. But there are reasons to believe that at some point you have to choose between them. One is the example of very smart people, who are so often unwise that in popular culture this now seems to be regarded as the rule rather than the exception. Perhaps the absent-minded professor is wise in his way, or wiser than he seems, but he's not wise in the way Confucius or Socrates wanted people to be. [6]

New

For both Confucius and Socrates, wisdom, virtue, and happiness were necessarily related. The wise man was someone who knew what the right choice was and always made it; to be the right choice, it had to be morally right; he was therefore always happy, knowing he'd done the best he could. I can't think of many ancient philosophers who would have disagreed with that, so far as it goes.

"The superior man is always happy; the small man sad," said Confucius. [7]

Whereas a few years ago I read an interview with a mathematician who said that most nights he went to bed discontented, feeling he hadn't made enough progress. [8] The Chinese and Greek words we translate as "happy" didn't mean exactly what we do by it, but there's enough overlap that this remark contradicts them.

Is the mathematician a small man because he's discontented? No; he's just doing a kind of work that wasn't very common in Confucius's day.

Human knowledge seems to grow fractally. Time after time, something that seemed a small and uninteresting area—experimental error, even—turns out, when examined up close, to have as much in it as all knowledge up to that point. Several of the fractal buds that have exploded since ancient times involve inventing and discovering new things. Math, for example, used to be something a handful of people did part-time. Now it's the career of thousands. And in work that involves making new things, some old rules don't apply.

Recently I've spent some time advising people, and there I find the ancient rule still works: try to understand the situation as well as you can, give the best advice you can based on your experience, and then don't worry about it, knowing you did all you could. But I don't have anything like this serenity when I'm writing an essay. Then I'm worried. What if I run out of ideas? And when I'm writing, four nights out of five I go to bed discontented, feeling I didn't get enough done.

Advising people and writing are fundamentally different types of work. When people come to you with a problem and you have to figure out the right thing to do, you don't (usually) have to invent anything. You just weigh the alternatives and try to judge which is the prudent choice. But prudence can't tell me what sentence to write next. The search space is too big.

Someone like a judge or a military officer can in much of his work be guided by duty, but duty is no guide in making things. Makers depend on something more precarious: inspiration. And like most people who lead a precarious existence, they tend to be worried, not contented. In that respect they're more like the small man of Confucius's day, always one bad harvest (or ruler) away from starvation. Except instead of being at the mercy of weather and officials, they're at the mercy of their own imagination.

Limits

To me it was a relief just to realize it might be ok to be discontented. The idea that a successful person should be happy has thousands of years of momentum behind it. If I was any good, why didn't I have the easy confidence winners are supposed to have? But that, I now believe, is like a runner asking "If I'm such a good athlete, why do I feel so tired?" Good runners still get tired; they just get tired at higher speeds.

People whose work is to invent or discover things are in the same position as the runner. There's no way for them to do the best they can, because there's no limit to what they could do. The closest you can come is to compare yourself to other people. But the better you do, the less this matters. An undergrad who gets something published feels like a star. But for someone at the top of the field, what's the test of doing well? Runners can at least compare themselves to others doing exactly the same thing; if you win an Olympic gold medal, you can be fairly content, even if you think you could have run a bit faster. But what is a novelist to do?

Whereas if you're doing the kind of work in which problems are presented to you and you have to choose between several alternatives, there's an upper bound on your performance: choosing the best every time. In ancient societies, nearly all work seems to have been of this type. The peasant had to decide whether a garment was worth mending, and the king whether or not to invade his neighbor, but neither was expected to invent anything. In principle they could have; the king could have invented firearms, then invaded his neighbor. But in practice innovations were so rare that they weren't expected of you, any more than goalkeepers are expected to score goals. [9] In practice, it seemed as if there was a correct decision in every situation, and if you made it you'd done your job perfectly, just as a goalkeeper who prevents the other team from scoring is considered to have played a perfect game.

In this world, wisdom seemed paramount. [10] Even now, most people do work in which problems are put before them and they have to choose the best alternative. But as knowledge has grown more specialized, there are more and more types of work in which people have to make up new things, and in which performance is therefore unbounded. Intelligence has become increasingly important relative to wisdom because there is more room for spikes.

Recipes

Another sign we may have to choose between intelligence and wisdom is how different their recipes are. Wisdom seems to come largely from curing childish qualities, and intelligence largely from cultivating them.

Recipes for wisdom, particularly ancient ones, tend to have a remedial character. To achieve wisdom one must cut away all the debris that fills one's head on emergence from childhood, leaving only the important stuff. Both self-control and experience have this effect: to eliminate the random biases that come from your own nature and from the circumstances of your upbringing respectively. That's not all wisdom is, but it's a large part of it. Much of what's in the sage's head is also in the head of every twelve year old. The difference is that in the head of the twelve year old it's mixed together with a lot of random junk.

The path to intelligence seems to be through working on hard problems. You develop intelligence as you might develop muscles, through exercise. But there can't be too much compulsion here. No amount of discipline can replace genuine curiosity. So cultivating intelligence seems to be a matter of identifying some bias in one's character—some tendency to be interested in certain types of things—and nurturing it. Instead of obliterating your idiosyncrasies in an effort to make yourself a neutral vessel for the truth, you select one and try to grow it from a seedling into a tree.

The wise are all much alike in their wisdom, but very smart people tend to be smart in distinctive ways.

Most of our educational traditions aim at wisdom. So perhaps one reason schools work badly is that they're trying to make intelligence using recipes for wisdom. Most recipes for wisdom have an element of subjection. At the very least, you're supposed to do what the teacher says. The more extreme recipes aim to break down your individuality the way basic training does. But that's not the route to intelligence. Whereas wisdom comes through humility, it may actually help, in cultivating intelligence, to have a mistakenly high opinion of your abilities, because that encourages you to keep working. Ideally till you realize how mistaken you were.

(The reason it's hard to learn new skills late in life is not just that one's brain is less malleable. Another probably even worse obstacle is that one has higher standards.)

I realize we're on dangerous ground here. I'm not proposing the primary goal of education should be to increase students' "self-esteem." That just breeds laziness. And in any case, it doesn't really fool the kids, not the smart ones. They can tell at a young age that a contest where everyone wins is a fraud.

A teacher has to walk a narrow path: you want to encourage kids to come up with things on their own, but you can't simply applaud everything they produce. You have to be a good audience: appreciative, but not too easily impressed. And that's a lot of work. You have to have a good enough grasp of kids' capacities at different ages to know when to be surprised.

That's the opposite of traditional recipes for education. Traditionally the student is the audience, not the teacher; the student's job is not to invent, but to absorb some prescribed body of material. (The use of the term "recitation" for sections in some colleges is a fossil of this.) The problem with these old traditions is that they're too much influenced by recipes for wisdom.

Different

I deliberately gave this essay a provocative title; of course it's worth being wise. But I think it's important to understand the relationship between intelligence and wisdom, and particularly what seems to be the growing gap between them. That way we can avoid applying rules and standards to intelligence that are really meant for wisdom. These two senses of "knowing what to do" are more different than most people realize. The path to wisdom is through discipline, and the path to intelligence through carefully selected self-indulgence. Wisdom is universal, and intelligence idiosyncratic. And while wisdom yields calmness, intelligence much of the time leads to discontentment.

That's particularly worth remembering. A physicist friend recently told me half his department was on Prozac. Perhaps if we acknowledge that some amount of frustration is inevitable in certain kinds of work, we can mitigate its effects. Perhaps we can box it up and put it away some of the time, instead of letting it flow together with everyday sadness to produce what seems an alarmingly large pool. At the very least, we can avoid being discontented about being discontented.

If you feel exhausted, it's not necessarily because there's something wrong with you. Maybe you're just running fast.





Notes

[1] Gauss was supposedly asked this when he was 10. Instead of laboriously adding together the numbers like the other students, he saw that they consisted of 50 pairs that each summed to 101 (100 + 1, 99 + 2, etc), and that he could just multiply 101 by 50 to get the answer, 5050.

[2] A variant is that intelligence is the ability to solve problems, and wisdom the judgement to know how to use those solutions. But while this is certainly an important relationship between wisdom and intelligence, it's not the distinction between them. Wisdom is useful in solving problems too, and intelligence can help in deciding what to do with the solutions.

[3] In judging both intelligence and wisdom we have to factor out some knowledge. People who know the combination of a safe will be better at opening it than people who don't, but no one would say that was a test of intelligence or wisdom.

But knowledge overlaps with wisdom and probably also intelligence. A knowledge of human nature is certainly part of wisdom. So where do we draw the line?

Perhaps the solution is to discount knowledge that at some point has a sharp drop in utility. For example, understanding French will help you in a large number of situations, but its value drops sharply as soon as no one else involved knows French. Whereas the value of understanding vanity would decline more gradually.

The knowledge whose utility drops sharply is the kind that has little relation to other knowledge. This includes mere conventions, like languages and safe combinations, and also what we'd call "random" facts, like movie stars' birthdays, or how to distinguish 1956 from 1957 Studebakers.

[4] People seeking some single thing called "wisdom" have been fooled by grammar. Wisdom is just knowing the right thing to do, and there are a hundred and one different qualities that help in that. Some, like selflessness, might come from meditating in an empty room, and others, like a knowledge of human nature, might come from going to drunken parties.

Perhaps realizing this will help dispel the cloud of semi-sacred mystery that surrounds wisdom in so many people's eyes. The mystery comes mostly from looking for something that doesn't exist. And the reason there have historically been so many different schools of thought about how to achieve wisdom is that they've focused on different components of it.

When I use the word "wisdom" in this essay, I mean no more than whatever collection of qualities helps people make the right choice in a wide variety of situations.

[5] Even in English, our sense of the word "intelligence" is surprisingly recent. Predecessors like "understanding" seem to have had a broader meaning.

[6] There is of course some uncertainty about how closely the remarks attributed to Confucius and Socrates resemble their actual opinions. I'm using these names as we use the name "Homer," to mean the hypothetical people who said the things attributed to them.

[7] Analects VII:36, Fung trans.

Some translators use "calm" instead of "happy." One source of difficulty here is that present-day English speakers have a different idea of happiness from many older societies. Every language probably has a word meaning "how one feels when things are going well," but different cultures react differently when things go well. We react like children, with smiles and laughter. But in a more reserved society, or in one where life was tougher, the reaction might be a quiet contentment.

[8] It may have been Andrew Wiles, but I'm not sure. If anyone remembers such an interview, I'd appreciate hearing from you.

[9] Confucius claimed proudly that he had never invented anything—that he had simply passed on an accurate account of ancient traditions. [Analects VII:1] It's hard for us now to appreciate how important a duty it must have been in preliterate societies to remember and pass on the group's accumulated knowledge. Even in Confucius's time it still seems to have been the first duty of the scholar.

[10] The bias toward wisdom in ancient philosophy may be exaggerated by the fact that, in both Greece and China, many of the first philosophers (including Confucius and Plato) saw themselves as teachers of administrators, and so thought disproportionately about such matters. The few people who did invent things, like storytellers, must have seemed an outlying data point that could be ignored.

Thanks to Trevor Blackwell, Sarah Harlin, Jessica Livingston, and Robert Morris for reading drafts of this

domingo, 11 de febrero de 2007

Generador termonuclear de ciclo lento

http://www.slow- motionthermonucl ear.com/pat. html
Robert Churchill MacElvain, Inventor
macelvain@gmail. com
Slow-Motion Thermonuclear Generator

Abstract
Es un sistema nuevo, útil y seguro para producir energía termonuclear a bajo costo.
Con un cátodo refractario compuesto, los núcleos de hidrógeno son particionados, alineados y comprimidos cinéticamente por un potencial eléctrico, que permite una fusión controlada productora de calor que ocurre por lo menos a la mitad de las condiciones de la fusión a ultra temperatura y densidad crítica de un armamento nuclear explosivo.

No requiere componentes inusuales o costosos, no es de construcción compleja ni requiere mover partes, no tiene estándares de precisión o procedimientos complejos, no requiere combustibles exóticos sino simplemente hidrógeno común, que está separado electrolíticamente del agua pura común a bajo amperaje, concurrente con la producción de la energía de fusión.

Se basa en la ecuación de Einstein E=mc². El invento funciona con las pautas de la física convencional, cinemática y electroquímica, y no puede ser clasificado como un aparato físicamente imposible.

No existe un sistema de energía real o teórico comparable a este por su economía, eficiencia y limpieza.

El objetivo del invento es obtener una fuente de calor y energía limpia, segura y del mismo poder que un sistema turbo-eléctiroc, grande o pequeño, para generar electricidad a bajo costo y sustentable sin emanaciones gaseosas o radiactivas, y sin una corriente de desperdicio sólido o líquido.

sábado, 10 de febrero de 2007

Reescribir la historia para servir al prejuicio

Bernard Lewis, "Semites and Antisemites. An Inquiry into conflict and Prejudice", W.W. Norton & Company, New York, 1999, pp. 47-49



"Recientemente una nueva doctrina se ha desarrollado en los países árabes que ha conseguido dominar la enseñanza de la historia en las escuelas y la proyección popular del pasado en los medios. Ha tenido incluso más efecto en la enseñanza académica. Según esta visión, la gran expansión árabe luego del advenimiento del Islám en el siglo séptimo, que los llevó fuera de su hogar en la Península Arábiga hacia los países del Creciente Fértil y luego hacia el Este a través de Irán a Asia Central y al oeste a través de Egipto al Norte de Africa y España no era, como se había creído anteriormente, una expansión religiosa o imperial. Era una guerra de liberación, en la que los árabes libres viviendo en Arabia rescataron a sus hermanos que eran súbditos oprimidos del imperialismo persa o romano. Para justificar esta interpretación, es necesario mantener que todos los habitante de estos países antes del advenimiento del Islám eran de hecho árabes, incluso si se los conocía por otro nombre. Había por supuesto un asentamiento considerable en las tierras fronterizas de Irak, Siria, Palestina, e incluso Egipto en los tiempos pre-islámicos, pero la amplia mayoría de los habitantes de estos países pertenecían a otros grupos étnicos y hablaban otros lenguajes. La historiografía árabe moderna les ha extendido el nombre y la identidad árabe a todas o casi todas las antiguas poblaciones semíticas en el Creciente Fértil."

"Una de estas poblaciones antiguas presentaba problemas - una que está todavía en existencia, llevando el mismo nombre, usando el mismo lenguaje, y, lo más problemático de todo, profesando la misma religión. Si los Israelitas hubieran acompañado a los Caananitas y los Fenicios y los Asirios y los Babilonios en la extinción, sin duda ellos también podrían haber sido reclamados como ancestros árabes. Pero no fue así. Su retorno en el último siglo, para reclamar la tierra de sus antepasados y disputarla con sus habitantes árabes, hizo que su adopción fuera incluso más dificultosa. Han habido varias respuestas a esta dificultad. Para algunos -especialmente aquellos influenciados por el antisemitismo europeo- los antiguos Israelitas y los judíos modernos son todos lo mismo, todos malos, y por lo tanto, bien diferentes de los árabes. Para otros, los Israelitas bíblicos y sus logros fueron de hecho auténticamente árabes, y por lo tanto no tienen relación con los judíos modernos. Algunos limitan esta negación sólo a los judíos europeos, y hacen uso de la teoría de que los judíos de Europa no son para nada descendientes de los israelitas, sino que son los descendientes de una tribu de turcos de Asia Central convertidos al judaísmo, llamados los Jázaros. Esta teoría, adelantada primero por un antropólogo austríaco en los primeros años del siglo XX, no está apoyada por absolutamente ninguna evidencia. Ha sido hace rato abandonada por todos los académicos serios del área de estudios, incluyendo aquellos en los países árabes donde la teoría de los Jázaros es usada muy poco, salvo en polémicas políticas ocasionales."

"La reescritura del pasado se realiza generalmente para conseguir objetivos políticos específicos. Al describir a la gran expansión islámica árabe en el siglo séptimo como una guerra de liberación en lugar de una guerra de conquista, los árabes pueden liberarse del cargo, incluso en el pasado distante, de imperialismo - el crimen más horrendo en el calendario político actual. Estableciendo un vínculo directo con los habitantes antiguos de sus países, pueden reforzar el orgullo nacional, y además alentar ese sentido de identidad con la patria a través de las eras que es la base del patriotismo de estilo occidental. En tiempos en que los intereses de los estados árabes toman prioridad sobre las aspiraciones pan-árabes, este es un factor importante. Finalmente, al circunvalar a los Israelitas bíblicos y reclamar parentesco con los Caananitas, los habitantes pre-Israelitas de Palestina, es posible afirmar una reivindicación histórica previa a la promesa bíblica y la posesión llevada a cabo por los judíos. Esta línea argumental es acompañada por la práctica común en los países árabes en libros de texto, museos y exhibiciones, de minimizar el rol judío en la historia antigua o, más frecuentemente, presentarlo en términos muy negativos. Algunos pocos occidentales complacientes han estado dispuestos a unirse a esos procedimientos.

"En términos académicos, separados de la política, no hay absolutamente ninguna evidencia para la afirmación de que los Caananitas eran Arabes."

viernes, 9 de febrero de 2007

You`re my sunshine....

Científicos estadounidenses almacenan un rayo de luz y lo reactivan
Esto daría lugar a nueva tecnología

PARIS (AFP).- Un equipo de físicos de la Universidad de Harvard anunció que consiguió almacenar un rayo de luz en una materia sometida a una temperatura muy baja y reanudarlo a distancia en otro concentrado de materia.

Ambas concentraciones de materia tenían una separación de 160 micrómetros, distancia imperceptible para el ojo humano, pero sustancial para la disciplina que rige el mundo de lo infinitamente pequeño: la física cuántica.

En el artículo publicado ayer en Nature , el equipo dirigido por Naomi Ginsberg afirma haber capturado átomos enfriados con la ayuda de un láser. A una temperatura apenas por encima del cero absoluto (-273 °C) en el contexto de los condensados Bose-Einstein, la materia adquiere un estado distinto del gaseoso, líquido y sólido. Una partícula atómica sometida a tales temperaturas se refugia en el más bajo estado posible de energía.

Según el estudio, los fotones del láser sufren una drástica desaceleración, como si atravesaran melaza, pasando de la velocidad de la luz (300.000 km por segundo) a unos 20 km por hora para detenerse enseguida. La información, que incluye datos de la amplitud y la fase de la señal luminosa, quedó impresa como un holograma sobre la materia del condensado.

"Nos encontramos con una copia absolutamente perfecta de la pulsación de la luz, pero en forma de materia", explicó Lene Vestergaard Hau, coautora del estudio. En este ambiente tan particular, la materia se comporta de manera muy similar a las ondas.

La "onda de materia" con las características de la señal luminosa salió del primer condensado para alcanzar a unas fracciones de milímetro más lejos el segundo condensado, del que emergió un rayo idéntico al primero.

En un comentario que acompaña al estudio, Michael Fleischhauer, de la Universidad de Kaiserslautern, destaca que los dos condensados fueron preparados de manera independiente. El experimento sólo puede interpretarse si los átomos de los condensados son objetos cuánticamente idénticos.

La investigación podría dar lugar a innovaciones tecnológicas, como las computadoras cuánticas, en las que el fotón reemplazaría al electrón como vector de información.

"Los fotones de la luz podrían servir para transmitir información cuántica y los átomos son ideales para el almacenamiento", precisó Fleischhauer.

lunes, 5 de febrero de 2007

Yuyitos energéticos


Las humildes hierbas silvestres pueden ser la mejor fuente de biocombustible, dicen los investigadores. Se estima que las hierbas pueden proveer un 19% del total de la electricidad global que se necesita en el mundo, y al mismo tiempo se produce una reducción neta del dióxido en la atmósfera.
David Tilman y sus colegas de la University of Minnesota, US, dicen que los terrenos con hierbas pueden usarse para producir biodiesel y obtener aún más energía que la tradicional de granos y de soja.
El proceso completo puede ser "carbon negativo", esto significa que capturaría más CO2 que el que libera a la atmósfera.
En comparación, el biodiesel de granos y soja requiere grandes cantidades de combustibles fósiles para su cultivo, para hacer marchar los tractores y producir los fertilizantes que convierten el grano en combustible.

http://environment.newscientist.com/channel/earth/energy-fuels/dn10759

viernes, 2 de febrero de 2007

El Papa y el terrorista

En el encuentro que mantuvieron en la cárcel de Rebibbia, en las afueras de Roma, Agca le preguntó al Papa sólo una cosa: "¿Por qué usted no murió?". "Ali Agca estaba angustiado por el hecho de que existían fuerzas que lo superaban, porque él había apuntado bien, pero la víctima estaba viva". Pese a ello, nunca le pidió perdón al papa, que le había escrito una carta en la que le decía: "Querido hermano, ¿cómo podremos presentarnos ante Dios, si aquí, en la Tierra, no nos perdonamos mutuamente?".

Anécdota relatada por el secretario de Juan Pablo II, don Estanislao, en su libro Una vida con Karol

Biogas

El sueño energético de Europa se lllama "biogás"

El informe del Instituto para Energética y Ecología de Leipzig no se ha publicado oficialmente aún y ya causa furor. En un programa de televisión alemán se difundieron sus prometedores resultados. El equipo de investigadores de Leipzig llega a la conclusión de que el consumo total de gas natural europeo podría cubrirse hasta el 2020 con biogás.

Según el estudio financiado por la ciudad de Aachen (Aquisgrán) y por el partido ecologista Los Verdes, la Unión Europea podría liberarse del suministro de gas natural ruso si sembrara los campos a lo largo de los gasoductos, con maíz y centeno. El biogás que de estas plantas se obtuviera se podría introducir directamente a las redes existentes.

Tan sólo en Alemania existe actualmente un excedente de 2 millones de hectáreas de campos disponibles para la elaboración de biogás, según el profesor Jürgen Zeddies de la Universidad de Hohenheim. Desde el punto de vista de la política agraria esta sería un desarrollo positivo pues en vez de seguir subvencionado la sobreproducción de alimentos estas áreas podrían usarse para el cultivo de plantas energéticas, analiza Zeddies.

Panacea milagrosa

El estudio del que informa el programa Frontal 21 de la segunda cadena de televisión alemana sostiene que además de poder liberarse la UE del suministro ruso, el fomento del biogás tendría tres efectos secundarios incluso igual o más importantes.

Generaría dos millones de plazas de trabajo. Daría mayor impulso a la tecnología alemana en el sector del biogás, en la que es ya líder mundial.

Además de impulsar a agricultores e industria, representaría un enorme aporte para la protección ecológica. Si el potencial del biogás se utiliza inteligentemente, se podrían reducir las emisiones de CO2 en un 10 por ciento hasta el 2020, con lo que se alcanzarían las metas estipuladas en el Protocolo de Kioto.

A diferencia del gas natural el biogás no libera dióxido de carbono, y mientras que el primero tarda hasta 300 millones de años en generarse, el biogás necesita sólo una cosecha.

Rayos de maíz y centeno

El biogás es producto de maíz, centeno y otras plantas, así como de residuos biológicos. A través de instalaciones especiales se trata las plantas y los residuos hasta la obtención del biogás y, como subproducto, fertilizantes naturales. Antes de alimentar las redes de gas natural se le aplica un proceso de purificación.

En muchos pueblos pequeños alemanes se alimentan las redes de gas y se genera electricidad con biogás. En Aachen actualmente 5.000 hogares funcionan en base a biogás.

Fuente: Deutsche Welle

jueves, 1 de febrero de 2007

Toma de conciencia del Terrorismo Yihadista

El Centro para la Libertad David Horowitz lanzó un Proyecto de Concientización frente al Terrorismo para combatir la complacencia e ignorancia acerca de las intenciones de los islamitas radicales, que han declarado al guerra santa a Estados Unidos y a Occidente a partir del 11.9.2001.

Si algo quedó claro después del atentado, es esto: los terroristas volverán.

La alarma que se activó el 9/11 fue enmudecida por al complacencia de la duda.
Después de derrotar al Talibán, Estados Unidos pronto retornó a la ilusión de paz y seguridad, y a la confusión que caracterízó a la era Clinton, cuando la Jihad atacó por primera vez América.

La campaña del movimiento antiguerra ha hecho que nuestra población como un todo sea ignorante de la amenaza, desconozca el enemigo, y no sea conciente de sus verdaderas intenciones, capacidades y voluntad. Esto es especialmente cierto entre los jóvenes estudiantes de college que se enfrentan a una propaganda cotidiana antiguerrerista y antiamericana.

El Terrorism Awareness Project está diseñado para tomar conciencia de la amenaza de la jihad y de que el desafío actual de esta nación es sobrevivir a este asalto.

El Freedom Center diseñó el Terrorism Awareness Project con el objeto de poner materiales de información sobre la guerra la terror en manos de millones de estudiantes.

El Proyecto identificará coordinadores de campus en las universidades y colleges que quieran hacer del estudio del terrorismo una prioridad en sus escuelas. Se dispondrá de videos tales como The Islamic Mein Kampf que se dirigirán a los mails de los estudiantes y a los miembros de las facultades. Se están diseñando una serie de avisos que comienzan con “Lo que todo americano necesita conocer sobre la Jihad" en todos los periódicos universitarios. Se han preparado tres videos:
- Las raíces nazis del nacionalismo palestino
- Mein Kampf islámico
- Lo que todo americano necesita conocer sobre la Jhihad

Que se distribuirán entre la comunidad universitria. Los tres pueden bajarse de (www.terrorismawareness.org.)

El punto focal de esta campaña será: la idea del mes sobre el Terrorismo Islámico

Los coordinadores de campus distribuirán una guía de Toma de Conciencia frente al terrorismo, que contendrá una breve historia de la Jihad y bibliografía de libros esenciales acerca del objetivo del Islam radical. Habrá una campaña de escenas de la película Obsesión (un documental sobre el Islam Jihadista producida por Fox News.

El programa seguirá con paneles de debate con expertos en el tema tales como Robert Spencer, Steven Emerson y Daniel Pipes.

Los miembros del programa evaluarán los programas de estudio de los departamentos de Medio Oriente, analizarán los materiales de lectura y las discusiones en clases, y pedirán presentar ideas para el debate.

Conducirán una campaña de relaciones públicas a través de los periódicos de los campus, incluyendo foros y cartas a los editores

martes, 30 de enero de 2007

Mensaje para Davos

El mensaje del Holocausto en el siglo XXI

El mensaje del Holocausto en el siglo XXI
A 62 años de la derrota del nazismo y el exterminio del judaí­smo europeo
Por Shlomo Ben Ami

Shlomo Ben Ami reflexiona sobre el mensaje del Holocausto a más de 60 años de la derrota del nazismo y del exterminio del judaísmo europeo.

Shlomo Ben Ami es vicepresidente del Centro Internacional de Toledo para la Paz (España). Ha sido Ministro de Asuntos Exteriores de Israel y embajador ante España.

Safe Democracy agradece al autor la autorización para reproducir este discurso, pronunciado el día 26 de enero en el Congreso de los Diputados de España con motivo del Día oficial de la memoria del Holocausto y la Prevención de los Crímenes contra la Humanidad:

60 AÑOS DESPUÉS DE LA DERROTA DEL NAZISMO y el exterminio del judaísmo europeo, acompañado de masacres y barbaridades cometidas contra otros colectivos políticos y étnicos, el mensaje del Holocausto judío sigue más vivo que nunca. Más que nada y ante todo, este reside en la aterradora narrativa cuyos plenos detalles probablemente no se conocerán nunca. Los judíos --ese mensaje no debe cambiar--, fueron víctimas de la mayor barbarie jamás cometida contra un pueblo por la mera razón de existir, de ser. Pero desde allí, se abre el camino a nuestra pedagogía como ciudadanos que quieren construir un mundo mejor sobre las cenizas del pasado.

UNO
El Holocausto es una historia de verdugos y de inocentes, de eso no puede caber ninguna duda. Pero, tal y como lo refleja El pianista de Roman Polanski, el mensaje puede a veces ser algo más complejo. La odisea del pianista Vladislav Spielman quiebra todos los moldes, pues en la larga noche del Holocausto judío, cuando nuestra aldea estaba rodeada de llamas sin posibilidad alguna de escapar del infierno, aparecieron polacos y alemanes buenos e incluso algunos judíos malos, los mismos que en los primeros años del Estado de Israel serían procesados por colaboración con la bestia nazi. No deja de ser intrigante que la ley israelí para el procesamiento de los nazis y sus asistentes haya sido hasta hoy aplicada principalmente a colaboracionistas judíos, en su mayoría pobre gente que lo que querían era salir del infierno de la manera que fuera, ser kapos en los campos era una de ellas. Pero, a pesar de todo, rayos de luz de generosidad y de humanidad sobrevivieron en medio de la oscuridad. Al final, el espíritu del hombre como un ser que puede hacer el bien no murió ni en Auschwitz. El llanto judío tiene seis millones de razones, pero al mismo tiempo estamos llamados a reconocer el bien que sobrevivió al mal.
Allí está el caso de los justos entre las naciones.

El concepto de los justos entre las naciones --Hasidei Umot Haolam-- está anclado en una milenaria tradición judía. Batia --hija de Dios-- así definió la tradición a la hija del Faraón quien salvó al bebé Moisés del exterminio decretado por su padre a todos los primogénitos hebreos.

Hasta hoy, más de 20.000 no judíos han sido reconocidos como Hasidei Umot Haolam al arriesgar sus vidas para salvar judíos a lo largo del Holocausto. Es verdad, los nazis no habrían podido cometer la solución final sin la complicidad activa de sus propios conciudadanos alemanes y de sus vecinos ucranianos, polacos, estonios, latvios, lituanos, húngaros, croatas, franceses, holandeses, belgas, italianos, griegos, yugoslavos e incluso noruegos. No obstante, en aquella Europa enferma moralmente existieron islas de excepción, ocasionalmente, personas decentes que arriesgaron sus vidas al abrir sus casas, sus monasterios e iglesias para introducir un rayo de luz en aquel infierno en el que parecía que Dios había desaparecido.

DOS
Desde el momento en el que el sistema nazi se impuso en Alemania en 1933, no pocos gobiernos occidentales abrieron sus puertas a los refugiados judíos. Eso --es necesario constatarlo--, fue previo a la política de exterminio, cuando se trataba sólo de deportación. Estados Unidos aceptó más de 150.000, Gran Bretaña 80.000, (incluyendo 10.000 niños en lo que se conoció como la 'Kindertransport operation' después del Kristalnacht de 1938). Más tarde, Europa dio la espalda a los judíos, y les cerró sus puertas. La guerra absorbió todas sus energías, y no quedaba espacio de generosidad para los judíos. Pero incluso cuando los gobiernos nos traicionaron, allí estaban diplomáticos individuales dispuestos a cruzar los límites de las instrucciones de sus gobiernos para facilitar visados. Entre estos destacaron el británico Frank Foley, y el Cónsul General chino en Berlín, Dr. Feng Shan Ho. Al estallar la guerra se incorporó a esta sagrada labor de salvación un número considerable de diplomáticos: el holandés Jan Zwartendijk y el japonés Chinne Sugihara en Lituania; el portugués Arístides de Sousa Mendes que ayudó en el sur de Francia a miles de refugiados judíos a cruzar la frontera hacia España como país de tránsito hacia América. Con el mismo objetivo y facilitando un itinerario similar actuó en Vichy el americano Varian Fry. Y qué decir del sueco Raul Wallenberg y del español Ángel Sanz-Briz, ambos ángeles protectores de miles de judíos en Budapest.

En la ocupada Polonia donde todos los judíos estaban obligados a vivir en ghettos, y el hambre precedía al exterminio físico como el mayor agente de la muerte, los alemanes no permitieron ninguna salida. Antes de ser un magno campo de exterminio, Polonia, el general gubernament, fue la prisión colectiva no sólo de los judíos polacos sino de gran parte del judaísmo europeo.

De hecho, el exterminio masivo de los judíos empezó con la operación Barbarrosa, la invasión de la Unión Soviética en junio del 1941, un espacio donde más de 2 millones de judíos vivían en aquel momento. El método era simple, y no fueron sólo los nazis de la SS sino los oficiales de la Wermacht los que llevaron a cabo la barbarización de la guerra, sin gases ni cámaras, a través de ejecuciones masivas y fosas comunes. De allí la matanza de Babi Yar, un infierno sobre el cual escribiera más tarde el poeta Yavtushenko que en Babi Yar no hay ni monumento ni homenaje a los masacrados. De esa manera fueron ejecutados un millón de judíos por los Eizensgruppen.

Poca, muy poca labor quedaba allí para los Hasidei Umot Haolam. Pero, aún así los hubo. En Byalistok, la primera ciudad alemana conquistada por la Wermacht, centenares de judíos fueron encerrados en la sinagoga que acto seguido fue encendida por una patrulla de soldados. Los judíos intentaban huir sin éxito, y prácticamente todos acabaron muertos; pero no todos. Un cristiano polaco, empleado de la sinagoga en labores de limpieza y mantenimiento --cuyo nombre nunca se sabrá-- pudo abrir una pequeña ventana en la parte trasera de la sinagoga, a través de la cual pudieron escapar una docena de judíos. Fueron 2000 los cadáveres sepultados en aquella sinagoga de Byalistok.

No lejos de Byalistok, en Jedwabue, tanto la masacre como el rayo de luz y humanismo llegaron de la mano de la población polaca local. Mil judíos fueron asesinados por aldeanos polacos, pero siete, todo un mundo, fueron salvados por una tal Antonina Wyrzykonska. Religiosamente los protegió con enormes riesgos para toda su familia, durante 28 meses. Antonina acabaría su vida en Chicago, no porque ella quisiera separarse de su tierra, sino porque sus vecinos la persiguieron e hicieron su vida imposible por haber salvado a 7 judíos de la aldea. Los mismos que le debían su vida la ayudaron a instalarse en Estados Unidos. Y no son estos más que ejemplos selectos y no necesariamente los más destacados. Pues pocos casos son tan emblemáticos como, por ejemplo, el de Yanush Korchack, el pedagogo polaco que fue a la muerte con sus alumnos judíos por coherencia con los valores que les inculcó en sus clases.

TRES
¿Cuáles eran los motivos de estos justos entre las naciones que optaron por salvar a judíos de la deportación y el exterminio? Más que nada eran personas que eligieron actuar; la suya fue una decisión de comportarse de una forma civilizada, de una manera humana. Rehusaron rendirse al paso arrollador de la barbarie. No se trataba de personas que actuaron de forma espontánea; más bien valoraron los riesgos para ellos y para sus familias y tomaron una decisión.

La presencia de Dios no se notó en Auschwitz; pero a lo mejor, y a pesar de todo, sí a través del heroísmo de estos hombres y mujeres electos.

No deja de ser interesante esta obsesión del Estado de Israel de buscar y rescatar del olvido a los justos. A veces parece que con esa búsqueda lo que queremos decir es que el hombre es una bestia cruel, y lo que nos preguntamos, de hecho es: ¿por qué estos justos se comportaron de una forma tan anormal? ¿Son ellos los normalmente humanos o son los otros? Tristemente, Hannah Arendt, con su banalidad del mal diría que los extraños y anormales eran los justos y que el mal es lo intrínsecamente humano. Para Carl Lutz en Budapest sus actos de heroísmo para salvar judíos en Bucarest eran naturales a su condición de cristiano. Y ese fue el motivo, religioso también, de algunos baptistas polacos en Polonia oriental. El papel del Vaticano en el Holocausto sigue siendo un capítulo abierto y controvertido. Pero cristianos de fe y amor, gente de a pie, estuvieron en la vanguardia de la salvación de judíos. Son ellos quienes indicaron los límites del mal, pero también la fragilidad del bien. El bien es siempre difícil, raro y frágil, pero nunca imposible incluso en el infierno de los infiernos. Actos de altruismo heroico no son el monopolio de los Mahatma Ghandi o Albert Shweitzer; son de hecho la manifestación diaria de personas ordinarias cuyo coraje moral emana de los caminos rutinarios a través de los cuales viven sus vidas.

CUATRO
El imperativo judío de recordar y conmemorar y reconocer la heroica labor de salvación de los justos nos dignifica como seres humanos; estamos obligados a recordar el bien, no sólo el mal. Es obligatorio que este recuerdo siga vivo más allá del momento en que el holocausto sea una memoria viva. Porque no se trata simplemente de reconocer el coraje individual, sino de inmortalizar el recuerdo del bien que el ser humano es capaz de hacer en momentos en que la civilización parece haber sido secuestrada por las fuerzas del mal absoluto, recordar la fortaleza de carácter del individuo anónimo al acudir al rescate de las víctimas de la barbarie. Más aún, se trata de resaltar la fe y la convicción de que el hombre --si es que tenemos que apreciarle como una criatura única-- tiene una capacidad sin límites para el bien, para una conducta ética y moral. Esta parte de luz y esperanza en el carácter del ser humano es más que suficiente, si la rescatamos y la cultivamos, para combatir e incluso derrotar a su parte oscura.

CINCO
Hace 15 años, el periodista polaco-alemán Henruck Broder acuñó el bon mot según el cual los alemanes nunca perdonarán a los judíos por el Holocausto. Eso es hoy más que nunca una verdad tanto en sectores de la izquierda como de la derecha europea. Desde luego que criticar a Israel no es antisemitismo, pero aislar a Israel como el único objeto de crítica y denigración en un planeta donde abundan las violaciones de derechos humanos y los genocidios --de Darfur a Ruanda y Chechenia---, puede a veces que lo sea.

Decía cínicamente Sir Isaiah Berlin que odiar a los judíos no es antisemitismo, sino odiarlos más de lo que es necesario.

Ahora la moda es la negación del Holocausto. Si esta no fuera una epidemia no se habrían movido hoy tantos gobiernos europeos a legislar la penalización de la negación, pues, como lo expresaba ayer el presidente italiano Giorgio Napolitano hay un camino directo que conduce de la negación del Holocausto al antisionismo. En estos días, es la propia Asamblea General de la ONU, posiblemente de forma unánime, la que podría suscribir una condena incondicional a la nefasta cultura de la negación. La negación de la Shoá es en realidad una forma de desafiar la existencia del Estado judío puesto que este fue presentado como la justificación última del Sionismo. Ahmedineyad no ha inventado nada. El "Institute for Historical Review" de Estados Unidos lleva largos años negando el Holocausto; y ese es también el caso de no pocos institutos a través del mundo árabe. "Los (falsos) Protocolos de los sabios de Sión" y tópicos inequívocamente antisemitas han sido divulgados persistentemente por personas e instituciones del más alto nivel a través del mundo árabe.

Gran parte de la izquierda tiende a negar la persistencia del antisemitismo salvo cuando este viene de las filas de la derecha. La venta de "Mein Kampf" se dispara constantemente a través de Oriente Medio y los "Protocolos" se vendían descaradamente en el Congreso Contra el Racismo de la ONU en Durban, un foro, seamos honestos, netamente de izquierdas.

El relativismo es también otra forma de negación del Holocausto. Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial ha habido una desafortunada tendencia de asimilar todo tipo de opresión o agresión con el nazismo, la GESTAPO o las SS. Frecuentemente no se trata más que de politiqueo barato o pereza intelectual. No obstante, es difícil creer que toda comparación de Ariel Sharon con métodos nazis, y la definición del terrorismo suicida como reflejo de una resistencia parecida a la francesa contra los nazis, es simple ingenuidad.

Cuando toda muerte civil se convierte en crimen de guerra, el concepto se devalúa y pierde su significado; y cuando toda expulsión de civiles de una aldea se convierte en genocidio, es que no sabemos ya qué es realmente Genocidio. Cuando Auschwitz está en todas partes eso significa que no está en ninguna; y cuando toda ocupación militar es un holocausto, el Holocausto acaba borrándose de nuestra memoria y parece que eso es precisamente el objetivo de aquellos que erróneamente creen que para movilizar simpatías a favor de los palestinos es necesario borrar toda simpatía a favor de los judíos, sea en Israel o en la Diáspora, puesto que solo así puede la raison d'etre de Israel ser cancelada.

Cuando todo es idéntico es que la vida de la razón ha cedido a la propaganda visceral. La distinción, la capacidad de distinguir entre fenómenos humanos e históricos, es un signo de civilización. Así que cuando el poeta oxoniense Tom Paulin se pone del lado de quienes comparan sionismo con nazismo, y cuando Saramago habla de la batalla de Jenin, donde 52 terroristas y 20 soldados israelíes murieron, como si fuera Auschwitz, es la condición del artista y del intelectual la que se está violando. Lo decía Milan Kundera con gran humildad en su discurso de 1985 al aceptar el premio Jerusalén: grandes novelas son siempre algo más inteligentes que sus autores.

SEIS I
Pero, también nosotros los israelíes tenemos la obligación de ser cautos con nuestro mensaje y con las metáforas que manipulamos. La Shoá es, pues, no sólo una herida de una envergadura meta-histórica, es también un agente presente en la configuración de nuestra identidad y una posible explicación de no pocos de los complejos espirituales y políticos de nuestra vida como israelíes y judíos. Si en el país más poderoso de Oriente Medio toda guerra o amenaza puede ser inmediatamente interpretada como una introducción al Holocausto, es que nosotros mismos ayudamos a esa banalizacin de la Shoá. Ese fue claramente el caso de la Guerra de los Seis Días y de la Guerra de Yom Kippur. Desde luego, la Guerra del Golfo, con sus máscaras antigás, los misiles de Sadam y la sensación de vulnerabilidad total, no hizo más que consolidar más aún si cabe este nexo imborrable entre la existencia israelí y la memoria de la Shoá. Para algunos es un nexo cómodo que facilita ciertas posturas políticas y da legitimidad a la filosofía del temor al compromiso, a la sospecha eterna frente a los gentiles.

El debate que se abrió con Ben Gurión sigue pues vivo, aunque sus parámetros no son siempre los mismos. Menahem Begin nunca estuvo dispuesto a entablar un diálogo normal con Alemania. El debate interno acompaña la memoria. La Shoá como pieza angular en nuestra condición de víctimas sigue viva y la alimentan tanto los políticos de los distintos bandos como los medios de comunicación.

La cuenta entre el pueblo judío y sus verdugos debe quedar abierta. Eso es vital tanto para el verdugo como para la víctima. Ambos tienen que sacar conclusiones y lecciones continuas, ambos tienen que educar nuevas generaciones contra las malignas consecuencias de la xenofobia, el racismo y el antisemitismo. Las lecciones que la víctima tiene que sacar no son que el Holocausto nos concede autoridad e inmunidad moral para derribar todas las barreras éticas en nuestra lucha por la consolidación del Estado judío. La lección de la víctima de la xenofobia no es que ahora se le permita a ella también ejercer la xenofobia y permanecer hasta la eternidad dentro de los confines mentales de un victimismo obsesivo.

Desgraciadamente, aunque la memoria es intrínseca al ser humano, este no aprende de su pasado. ¿Cómo explicar de otra manera que la teoría de la raza superior y del espacio vital (Lebensraum) sigan teniendo sus variantes en nuestros tiempos? Ahí esta el parkoi, el plan ideado por Slovodan Milosevic que pretendía limpiar Kosovo a través de la expulsión forzosa y el genocidio. Y qué decir de Ruanda y de Darfur con la inexplicable repetición del fenómeno de la indiferencia por parte de la comunidad internacional. Y aun así, es un fenómeno único. No me parece correcto que el verdugo y sus descendientes eludan la responsabilidad y el enfrentarse al Holocausto como una barbarie de dimensiones únicas a través de ejercicios de historicismo --el caso de Ernest Nolte en Alemania-- cuyo objetivo es banalizarlo, integrándolo en el mosaico de las atrocidades perpetradas por otros regímenes totalitarios e incluso por naciones normales durante el proceso incontrolado de la furia bélica durante la Primera o la Segunda Guerra Mundial. A pesar de todo, el Holocausto es una atrocidad única, y la lucha por la continua relevancia de sus lecciones debe quedar abierta.

La Shoá es aún una herida abierta entre Israel y Europa, un nudo de complejos. Las difíciles relaciones políticas entre Israel y Europa no responden sólo a posturas políticas divergentes. Debajo de ellas subyace un trasfondo histórico, una relación enormemente complicada entre judaísmo y europeísmo. La actitud israelí hacia Europa nunca pudo estar libre de la pesada carga histórica que desde tiempos inmemoriales acompañó nuestra simbiótica relación de amor-odio, afinidad y rechazo.

Si bien es verdad que el complejo de culpabilidad colectiva de los europeos jugó un cierto, aunque modesto, papel en la creación del Estado de Israel, en la conciencia israelí Europa sigue siendo un continente bajo sospecha.

La reacción de la opinión pública europea, incluso de algunos de sus gobiernos, ante la intifada palestina, ilustra posiblemente la naturaleza y magnitud del complejo israelí-judío en la conciencia europea. En Israel, la intifada ciertamente condujo a excesos que merecían toda censura, y la propia sociedad israelí se rebeló contra ellos. Son contadas las sociedades en donde se han escuchado autocríticas tan acerbas y dolorosas en tiempos de crisis como ésta.

Movimientos de masas protestaron por los excesos, la prensa hizo añicos a los gobiernos y, consecuentemente, se produjeron cambios políticos que respondían al nexo entre democracia y responsabilidad.

Pero la crítica europea que hizo uso con extrema facilidad, e incluso frivolidad, de expresiones tan irresponsables por estar cargadas de significado histórico como exterminio, genocidio, cacería humana --como si fuéramos los israelíes tropas invasoras nazis marchando sobre Europa-- demostró así tener una agenda oculta en la que la objetividad no era lo más destacable. Es difícil eludir la conclusión de que la intifada sirvió para que la conciencia europea intentara librarse de su complejo de culpa por el Holocausto, cargando sobre los hombros de Israel la responsabilidad de estar cometiendo una represión de dimensiones holocáusticas. En cierta forma, había una sensación de regocijo ante el infortunio del pueblo elegido --cuyo exterminio había marcado de ignominia la frente de Europa, su marca de Caín--, que dejó así de ser un pueblo diferente o moralmente superior a los demás. En realidad, Europa, cuya historia está sembrada de escandalosos excesos, tanto en tierras europeas como en continentes lejanos, no criticaba los supuestos excesos israelíes, más bien celebraba con alivio la definitiva integración de Israel, como nación judía, en el club nada exclusivo de las naciones banalmente normales.

60 años después del Holocausto y cuando parece que la narrativa judía, incluso la narrativa del Holocausto, está siendo integrada en la memoria colectiva de los europeos --sea a través de museos, departamentos y cátedras universitarias o de proyectos pedagógicos en las escuelas-- y el acto de hoy es un reflejo digno de esa integración de la Shoá en la narrativa nacional de un país europeo, en este caso España, y en un momento en que el Estado de Israel es ya una entidad nacional potente y consolidada, aún sigue abierto el debate de si ha llegado la hora de cerrar definitivamente la cuenta entre judíos y cristianos en Europa.

Yo defiendo la memoria. Pero al mismo tiempo es necesario que los judíos, desde luego también en Israel, empecemos a abandonar la mentalidad de la víctima y del gueto, que a veces es un impedimento en nuestra relación con el mundo que nos rodea. Sólo si llegamos a asumir la legitimidad de las demandas de otras víctimas y llegamos a aceptar que nosotros, en nuestro afán de asegurar un futuro normal para nuestro pueblo, hemos convertido a otros en víctimas, seremos capaces de conseguir la reconciliación con nuestro entorno. La memoria del Holocausto sí, pero para abrir caminos hacia el futuro y no para quedarnos anclados en el pasado.

En 1991, después de la Guerra del Golfo, pronosticó el historiador judío-americano Charles Meyer que la Shoá perdería su centralidad en la vida israelí dada la consolidación del Estado de Israel como resultado de la inmigración de la URSS y el proceso de paz que se inauguraba. Se equivocó. Precisamente en ese nuevo período se intensificó el cultivo de la memoria del trauma holocáustico, como si los israelíes necesitaran la seguridad que les ofrecía la memoria y la mentalidad de víctimas para enfrentarse a los nuevos desafíos.

En marzo del 1998, cuando el país esperaba el veredicto en el proceso de Iván Dameniuk, un supuesto verdugo ucraniano en los campos de concentración nazis, el profesor Yehuda Elkaná, superviviente en Auschwitz, escribió un artículo titulado A favor del olvido en el que proponía abandonar la memoria de la Shoá siempre y cuando de ésta se sacaran lecciones de exclusivismo nacionalista. La democracia israelí peligra, decía, en el momento en que la memoria de la Shoá participa en nuestra vida cotidiana. El predominio de la memoria histórica convierte nuestra vida estatal en una respuesta al Holocausto, en la expresión de un profundo temor existencial. La presión obsesiva de la memoria de la Shoá corre el riesgo de convertirse en la base ideológica de una sociedad de víctimas con inmunidad moral en su confrontación con el mundo árabe y con el mundo en general. Ésta, decía Elkana, podría ser la victoria última y paradójica de Hitler. Pues es absolutamente perverso comparar a Arafat y a Abu-Jihad con Hitler.

No es necesario divorciarse de las lecciones para la supervivencia judía para, al mismo tiempo, sacar aquí una lección universal de la Shoá. Con la comparación entre Hitler y Arafat, o incluso Saddam Hussein o Ahmedinejad, se da legitimidad a la comparación que algunos palestinos hacen entre Israel y los nazis. Es así como a través de un perverso proceso de analogías se humilla la memoria de las víctimas del Holocausto.

No nos es permitido perpetuar la venganza continua de Hitler en el sentido de mantener a la sociedad israelí como rehén inválido de la memoria. Si todo lo que ocurre en nuestra vida --especialmente en nuestras relaciones y conflictos con el mundo árabe-- es interpretado a través de la memoria --y no sólo Arafat, sino también el sheik Yassin, Assad, Sadam Hussein, Ali Jamenei y Ahmedineyad, son nuevas ediciones del mismo Hitler-- llegamos a una situación en la que Israel, y su sociedad, en vez de actuar como un estado soberano en un mundo que cambia vertiginosamente, vive encarcelado en la paranoia holocáustica de un gueto siempre al borde de la destrucción. Israel necesita dominar la memoria en vez de convertirse en su rehén.

SEIS II
La existencia de Israel como Estado y como nación deriva de las grandes lecciones de su historia milenaria. Nuestro desafío hoy es afrontar el mundo que nos rodea no solamente con las herramientas defensivas que habíamos desarrollado a lo largo de los años, pero también con la misma audacia de pensamiento e imaginación creativa que tanto caracterizó a las elites judías a través de los siglos. No nos es permitido permanecer encerrados e inmóviles en el gueto mental de nuestras convicciones. En instantes clave de nuestra historia las elites judías supieron indicar el camino de la perplejidad a la lucidez. Fueron entre los primeros en detectar la llegada del Holocausto --en el cumpleaños de Hermann Broch le escribía Elias Canetti en 1933 que vivimos entre dos guerras de gases; esta que se avecina nos destruirá a todos-- pero las masas no respondieron, ni tampoco las clases medias.

Lo sé. No es nada fácil ser conciliadores en una zona del mundo tan disfuncional como lo es Oriente Medio, en la cual abundan los fundamentalismos y los líderes suicidas, una parte del mundo en la hay cual poca misericordia hacia el débil, y menos aún son los casos en los que se da una segunda oportunidad al derrotado. Pero otra salida que no sea la del reconocimiento mutuo y la salvaguardia de la dignidad de todos simplemente no existe.

Hoy, nuestras clases dirigentes y nuestra sociedad civil tienen la responsabilidad de concebir soluciones valientes y generosas precisamente por los nobles ideales sobre los cuales se construyó el Estado judío, y por los altos valores de la civilización judía. Fue con una combinación única de la razón democrática y utópica que el movimiento sionista hizo posible que los judíos recuperaran sus derechos históricos como nación y les ofreció una licencia para el futuro. Esas mismas herramientas tendrán que ser puestas ahora al servicio de la titánica labor de quebrar el código genético del conflicto árabe-israelí, y abrir el camino a nuestra definitiva reconciliación con nuestro entorno.

http://spanish.safe-democracy.org/2007/01/30/el-mensaje-del-holocausto-en-el-siglo-xx

Merton Miller

Merton Miller, un hombre que marcó un antes y un después en las Finanzas
Así como en física existe un antes y un después de Albert Einstein, en medicina hay un antes y un después de Alexander Fleming, en finanzas existe un antes y un después de Merton H. Miller...


Por Gabriel Basaluzzo (Universidad de San Andrés)

Para comprender la magnitud de la obra de Merton Miller (1923-2000), nada mejor que estudiar el contexto en que fue creada. Tras terminar su doctorado en la Universidad John Hopkins, Miller enseñó en la London School of Economics para luego incorporarse a la escuela de negocios de la Universidad Carnegie Mellon, uno de los centros de investigación más reconocidos de los Estados Unidos.

Curiosamente, allí le asignaron el dictado de Finanzas Corporativas, una materia que nunca había cursado. El semestre anterior al que le tocaba comenzar a enseñar, asistió de oyente a las clases de un colega suyo para tener una perspectiva de los contenidos del curso. El profesor utilizaba el método de casos como herramienta de enseñanza, y pretendía que en cada clase el alumno aprendiera un concepto nuevo.

Sin embargo, desde la primera clase, Miller se sorprendió por lo poco intuitivo de los resultados. Más aun se sorprendió cuando, habiendo tratado de entender la aparente lógica en el resultado del primer caso, ¡esta lógica era totalmente invertida al analizar el segundo caso!

Miller comenzó a ver con escepticismo el método de casos y se convenció de la necesidad de reformular de manera rigurosa y científica las Finanzas Corporativas. Así como Einstein se había topado con los experimentos de Michaelson-Morley y Fleming se había cruzado con la placa de Petri enmohecida; Miller había accidentalmente encontrado el punto de partida de su exitosa carrera.

En ese entonces (y hoy también) el tema de discusión era el apalancamiento óptimo que debían tener las empresas para maximizar su valor. En otras palabras, ¿cuál debe ser la proporción de los activos financiada con deuda y cuál la financiada con acciones?

Junto con Franco Modigliani, Miller comenzó a observar los datos de las empresas para evaluar qué hacían en la práctica. Para sorpresa de ambos, no se detectaba un patrón aparente. En 1958, alcanzaron una polémica conclusión: bajo ciertos supuestos, no existe una composición óptima entre deuda y acciones.

El valor de mercado de una empresa es, por lo tanto, independiente de su estructura de capital, dependiendo únicamente del tipo de proyectos de inversión que implementara. En otras palabras, si suponemos que los mercados son eficientes, para determinar cuánto vale una empresa no importa cómo se junta el dinero, sino qué se hace con él.

Este resultado, conocido como la "irrelevancia de la estructura de capital", suscitó grandes controversias. Nuevas líneas de investigación se abrieron para contradecirlo. Al fin y al cabo, en aquellos tiempos se creía que el apalancamiento sí era relevante. Muchos CFOs ganaban fortunas (y aún hoy lo hacen) justamente por elegir la estructura de capital "adecuada". Miller respondía con una broma a las críticas: "La mujer le dice al marido: ¿en cuantas porciones querés que corte la pizza? ¿En cuatro o en ocho?" Y el marido le contesta: "Hoy tengo mucho apetito. Cortala en ocho"

Lo interesante del artículo de Modigliani y Miller (M&M, como se lo conoce en la actualidad) mas allá de su resultado, es la forma en que llegaron a él.

Utilizando la conocida noción de "arbitraje", demostraron que, si dos empresas fueran idénticas en todo menos en su apalancamiento y en su valor, en mercados de capitales perfectos un inversionista tendría incentivos a vender las acciones de la empresa con más valor y comprar aquéllas de menos valor porque, al fin y al cabo los flujos de fondos de ambas empresas son idénticos. Esta acción debería, con el tiempo, eliminar la diferencia de valor entre las empresas.

La prolijidad en la demostración y la claridad en la enumeración de las hipótesis permitieron a los investigadores indagar las debilidades en el argumento de M&M. Finalmente, encontraron el talón de Aquiles en el supuesto de "mercados perfectos".

En situaciones donde los gerentes de empresas tienen información que el mercado desconoce, en mercados donde existe riesgo de "default" sobre la deuda y en contextos donde la emisión de acciones puede modificar a quienes poseen el control de la compañía, se ha demostrado que la decisión de apalancamiento deja de ser irrelevante. Pero todo esto se lo ha hecho a lo largo de 30 años, y bajo los estándares de racionalidad impuestos en 1958 por Modigliani y Miller.

Activo defensor de las soluciones de mercado para problemas económicos, Miller pasó en 1961 a la Universidad de Chicago, donde permaneció el resto de su carrera. Hasta principios de los ochenta, junto con Modigliani, siguió extendiendo sus investigaciones sobre Finanzas Corporativas.

En los ochenta, tras ser designado Director de la Bolsa de Chicago, su interés científico se reorientó hacia problemas económicos y regulatorios en mercados financieros, principalmente de acciones y opciones.

Si bien ya había alcanzado la edad del retiro, Miller nunca dejó de ser un miembro activo de la comunidad académica. En 1990, recibió el Nobel de Economía. Hoy, sus publicaciones son literatura obligatoria en todo curso de Finanzas Corporativas.

La muerte lo sorprendió en junio de 2000, a los 77 años, preocupado porque la primera versión de un nuevo trabajo suyo tenía errores que esperaba poder corregir cuando le dieran el alta médica del hospital. Sin dudas un ejemplo para imitar... en todo sentido.

Gabriel Basaluzzo
Director de la Maestría en Finanzas de la Universidad de San Andrés

Jorge Luis Borges y los eternos desafíos del cambio en las organizaciones

Jorge Luis Borges y los eternos desafíos del cambio en las organizaciones
Borges pensaba que aquellos incapaces de olvidar son también incapaces de pensar. Las organizaciones padecen el mismo problema: el cambio estratégico depende tanto de su capacidad para crear nuevos conocimientos como de su habilidad para olvidar conocimientos anteriores


Por Pablo Martin de Holan (Instituto de Empresa)

El aprendizaje organizacional es una gran fuente de innovación y de ventajas competitivas. Una organización que aprende continuamente se encuentra en mejor posición para aprovechar nuevas oportunidades y eludir amenazas. No obstante, con frecuencia dejamos de lado una dimensión importante del proceso de aprendizaje: la "dinámica del olvido". Este es un punto importante porque, en realidad, la ventaja competitiva no sólo surge del aprendizaje, sino del adecuado manejo gerencial de los procesos de aprendizaje y olvido.

Una organización ha aprendido cuando puede hacer algo nuevo, algo que no había hecho antes. Aprender es difícil. Pero tal vez más difícil sea implementar lo que se ha aprendido. Las explicaciones habituales para estas dificultades suelen ser deficientes. En general, se habla de "resistencia al cambio" pero no se especifica porqué surge esa resistencia ni qué puede hacerse para evitarla.

Sin embargo, el problema reside, no tanto en una mítica "resistencia al cambio", sino en el conflicto entre conocimientos viejos y nuevos.

Buena parte de las dificultades encontradas ante el cambio pueden explicarse por la falta de atención de los gerentes a los procesos de modificación de los conocimientos existentes en la organización, conocimientos que el tiempo ha materializado en rutinas, procedimientos, estructuras operativas y culturas. Estos viejos conocimientos, que estructuran las maneras de actuar de cada organización, son poderosos mecanismos contra el cambio (principalmente, cuando el cambio implica crear y aplicar conocimiento que está fuera de los límites de sus actividades actuales).

En otras palabras, las novedades siempre deben implantarse en una organización acostumbrada a lo viejo. Sin una gestión activa del cambio se corre el riesgo de no obtener los resultados esperados, aun cuando la organización haya encontrado una solución satisfactoria a un problema que la aquejaba.

El olvido es una manera simple y poderosa de facilitar el cambio estratégico. ¿Cómo implementarlo?

Primero, es importante comprender cuáles son los viejos conocimientos que entrarán en conflicto con los nuevos. Una vez detectados, es hora de desmontarlos y así crear las condiciones necesarias para implementar el aprendizaje de la organización.

Concretamente, la gestión exitosa del olvido estratégico exige la habilidad de formar y modificar coaliciones, negociar recursos y asignarlos a ciertas actividades prioritarias, cambiar las estructuras de la empresa y modificar los procedimientos.

En definitiva, manejar la dinámica del conocimiento es un imperativo estratégico. Si no se hace, se perderá tiempo, dinero y esfuerzos en un aprendizaje inútil. La mejor manera de incrementar las probabilidades de éxito de cualquier esfuerzo de cambio estratégico consiste en la instauración de procesos de "olvido" que eliminen las barreras al cambio antes de que aparezcan. Contrariamente a lo que pasa con las personas, las organizaciones que son incapaces de olvidar su pasado se encuentran condenadas a repetirlo.

Pablo Martin de Holan
Profesor del Instituto de Empresa (IE) e INCAE
pmdeh@ie.edu

sábado, 27 de enero de 2007

¿Por qué recordar el Holocausto?

Por Bernardo Klilsberg

Gonar Persson, primer ministro de Suecia, relató lo siguiente a la gran audiencia internacional reunida en el encuentro “Cuenta a tus hijos”: “Estos son los nombres de cinco niños judíos. Cinco de los veinte que fueron ahorcados en el sótano de una escuela, colgados de clavos en la pared. El primero que amarraron era tan liviano, debido a las enfermedades y a la desnutrición, que la cuerda no lo ahorcaba. El SS tuvo que valerse de su propio peso para apretar el nudo. Luego colgó a los demás de dos en dos, de clavos diferentes. Como cuadros en la pared”.

En el juicio a Adolf Eichmann, uno de los testigos refirió lo que había visto: “Un oficial de la SS encontró a una mujer judía acercándose a la alambrada del gueto con un bebé de un año en brazos. Encañonó al bebé. La madre le imploró que no lo matara. Le arrancó al niño, disparó dos veces sobre ella, matándola, puso al bebé en el piso, tomó sus piernas y lo partió en dos”.

Reinhard Heidrich, jefe de la SS, recibió en Berlín el 2 de octubre de 1941 un informe de un lugar llamado Babi Yar, que Eugene Evtuhsenko inmortalizaría en un célebre poema. El informe decía: “El Sonderkommando 4°, en colaboración con Einsatzgrup HG y dos comandos del Regimiento Sur de la Policía, ejecutaron a 33.771 judíos el 29 y 30 de septiembre”. Un camionero alemán Friz Hofer describió así la “operación”: “Los alemanes y sus colaboradores ucranianos apresaron a los judíos y los forzaron a bajar a un barranco. No se hicieron distingos entre hombres, mujeres y niños. Dentro del barranco eran obligados a tumbarse sobre los cadáveres de judíos que habían muerto a tiros. Todo muy rápido. Los cuerpos estaban dispuestos en capas. Un tirador de la policía pasaba y le disparaba a cada uno en la nuca, en el sitio en que estaba”.

Según narró un testigo, una joven judía en Birkenau, antes de entrar en la cámara de gas, dijo: “Soy tan joven todavía. No he experimentado nada de la vida. ¿Por qué debo ser víctima de una muerte como ésta? ¿Por qué?” La misma pregunta se escuchó hace pocos meses cuando 40 presidentes se reunieron en Auschwitz, a los 60 años de su liberación. Una sobreviviente se apoderó del micrófono y preguntó: “¿Por qué fui traída a este lugar cuando tenía 16 años para ser convertida en una piltrafa? Me sacaron mi nombre y lo cambiaron por un número. ¿Qué derecho tuvieron de matar a mi familia?”

También tenía 16 años Anna Frank. Había nacido para ser escritora. Anotó en su diario: “Quiero ser de utilidad y alegría para la gente, y agradezco tanto a Dios que me haya dado la oportunidad de escribir”. Los nazis la mataron, pero no lograron destruir su legado. Su diario es uno de los libros más consultados de la historia. Fue traducido a 62 idiomas.

En sólo tres años y siete meses, los nazis asesinaron a la luz del día a seis millones de judíos, entre ellos un millón y medio de niños, y a cinco millones de gitanos, homosexuales, testigos de Jehová, discapacitados y disidentes. Suchonel, oficial SS de Treblinka, le contó a Claude Landzman: “Treblinka procesaba de 12.000 a 15.000 judíos a diario, con gas de escape. Era una línea primitiva, pero eficiente, de producción para la muerte. No se puede comparar con Auschwitz, que era una fábrica”.

Saul Friedlander, eminente historiador del Holocausto, reflexiona que todo esto no hubiera sido posible si hubiera habido manifestaciones en contra, ocultamientos masivos de judíos, si los aliados hubieran puesto entre sus objetivos militares terminar con la matanza. Hubo excepciones notables, como las del heroico Raul Wallenberg, el rey y el pueblo de Dinamarca, la Iglesia y la población de Bulgaria, que salvaron a miles. Sigue en pie la pregunta de otro prominente historiador, Vidal Nacquet: “¿Por qué con la guerra ganada los aliados no bombardearon las vías férreas por las que 800.000 judíos estaban siendo llevados a la matanza en Auschwitz?”

Los jóvenes judíos comandados por Moredejai Anilevich (23 años), que llevaron a cabo la histórica rebelión del gueto de Varsovia el 19 de abril de 1943 sabiendo que les costaría la vida, dijeron que lo hacían en defensa del honor del pueblo judío y de todo el género humano y pidieron “no olvidar”.

Su grito resonó el 1° de noviembre último, cuando la Asamblea General de la ONU aprobó por unanimidad establecer el Día Anual de Recordación del Holocausto los 23 de enero de cada año, la fecha de liberación de Auschwitz. La resolución fue presentada por Israel y 90 países, ocho de ellos musulmanes. Encomienda, asimismo, a la Secretaría General a promover una amplia acción educativa sobre el Holocausto, rechaza cualquier intento de negarlo y condena toda discriminación o violencia basada en la religión o la etnicidad.

Varios países hicieron su mea culpa. Alemania dijo que había sido el capítulo más oscuro de su historia; Austria, que había vivido “el dolor de saber que muchos austríacos tomaron parte en el mayor de todos los crímenes”. Rumania y Francia autocriticaron el colaboracionismo en sus sociedades. Otros llamaron la atención sobre la excepcionalidad del Holocausto, como China: “El intento nazi de eliminar a todo el pueblo judío, paso a paso, no tiene precedente en la historia humana”. Para Jordania, fue “un crimen de proporciones colosales”. Para Brasil, “el paradigma del genocidio”. La Argentina advirtió agudamente sobre el antisemitismo actual: “A pesar de los esfuerzos para combatirlo, el antisemitismo reemerge periódicamente en ataques a sinagogas, profanaciones de cementerios o las cínicas especulaciones de supuestos historiadores que relativizan o niegan lo que sucedió”. Eliasson (Suecia), que presidió la trascendental sesión, la cerró afirmando: “Esta resolución llama a recordar los crímenes del pasado con la mirada puesta en prevenirlos para el futuro”.

Es de esperar que la lección haya sido aprendida y movilice al enfrentamiento activo de las limpiezas étnicas que siguen dándose en el mundo. También es de esperar que estimule el repudio universal de llamados genocidas como los recientes del nuevo presidente de Irán a “borrar de la Tierra” un país entero, Israel, llamado que fue condenado por unanimidad por el Consejo de Seguridad de la ONU, el secretario general y muchos países.

El Premio Nobel de la Paz Elie Wiesel, sobreviviente del Holocausto, señaló: “Primero asesinaron a los judíos y ahora hay quienes quieren matarlos por segunda vez haciendo dudar de que las víctimas mismas existieron”. Corresponde impedirlo y honrar su recuerdo, extirpando colectivamente las viejas y nuevas formas del antisemitismo, el racismo y la xenofobia.

El autor es asesor de la ONU, BID, Unicef, Unesco y otros organismos internacionales.


http://www.lanacion.com.ar/758871

viernes, 26 de enero de 2007

Homenaje

Fuga de la muerte

Leche negra del alba la bebemos en la tarde
la bebemos al mediodía y en las mañanas la bebemos en la noche
bebemos y bebemos
cavamos una tumba en los aires donde no es estrecho
un hombre vive en la casa y juega con las serpientes que escribe
que escribe a Alemania cuando oscurece tus dorados cabellos Margarita
lo escribe y sale frente a la casa y refulgen las
estrellas y con un silbido llama a sus perros de presa
y silba a sus judíos les hace cavar una tumba en la tierra
nos manda tocad para el baile

Leche negra del alba te bebemos de noche
te bebemos en la mañana y al mediodía te bebemos en la tarde
bebemos y bebemos

Un hombre vive en la casa y juega con las serpientes que escribe
escribe a Alemania cuando oscurece tus dorados cabellos Margarita
tus cabellos cenicientos Sulamita cavamos una tumba en los aires donde no es estrecho

Vocifera cavad más profundo en la tierra y vosotros cantad y tocad
coge su arma del cinto y la enarbola sus ojos son azules
hundid más profundo las palas y vosotros seguid tocando para el baile




Leche negra del alba te bebemos en la noche
te bebemos al mediodía y en las mañanas te bebemos en la tarde
bebemos y bebemos
un hombre vive en la casa tus cabellos dorados Margarita
tus cabellos cenicientos Sulamita él juega con las serpientes

Vocifera tocad más dulcemente a la muerte la muerte es un maestro venido de Alemania
vocifera haced sonar más lúgubres los violines y luego subid como humo en el aire
y tendréis una tumba en las nubes donde no es estrecho

Leche negra del alba te bebemos de noche
te bebemos al mediodía la muerte es un maestro venido de Alemania
te bebemos en la tarde y en las mañanas bebemos y bebemos
la muerte es un maestro venido de Alemania su ojo es azul
te acierta con bala de plomo te acierta con precisión
un hombre vive en la casa tus cabellos dorados Margarita
nos lanza sus perros de presa nos da una tumba en el aire
juega con las serpientes y sueña la muerte es un maestro venido de Alemania
tus cabellos dorados Margarita
tus cabellos cenicientos Sulamita

Paul Celan

jueves, 25 de enero de 2007

Carta a la Humanidad

Estimado compañero humano,

Hoy la humanidad está siendo desafiada. Impensables atrocidades ocurren diariamente. Existe una fuerza maligna que está trabajando y que apunta a destruirnos. Los agentes de este mal no respetan nada; ni siquiera la vida de los niños. Cada día hay bombardeos, cada día personas inocentes son tomados como blanco y asesinadas. Pareciera que estamos indefensos. ¡Pero no lo estamos!

El antiguo sabio chino Sun Zi dijo: “Conoce a tu enemigo y no serás derrotado”. ¿Conocemos nosotros a nuestro enemigo? Si no lo conocemos, entonces estamos condenados.

El terrorismo no es una ideología, es una herramienta; pero los terroristas matan por una ideología. Ellos llaman a esa ideología “Islam”.

El mundo entero, tanto musulmanes como no musulmanes, claman que los terroristas han secuestrado “la religión de paz” y que el Islam no aboga por la violencia y el terror.

¿Quién tiene la razón? ¿Entienden mejor los terroristas al Islam, o lo hacen los que los desacreditan?
La respuesta a esta pregunta es la clave de nuestra victoria, y fallar en encontrar esa clave resultará en nuestra pérdida, y la muerte estará sobre nosotros. La clave está en el Corán y en la historia del Islam.

Aquellos de nosotros que conocemos el Islam, sabemos que la comprensión que tienen los terroristas acerca del Islam es correcta.

Ellos no están haciendo nada que su profeta no haya hecho ni haya animado a sus seguidores a hacer. Homicidios, asesinatos, decapitaciones, masacres y el sacrilegio de la muerte “para deleite de los corazones de los creyentes” fueron todos practicados por Mahoma, fueron enseñados por él y fueron observados por los musulmanes a través de la historia.

Si alguna vez la verdad ha importado, ¡es ahora! Éste es el momento en el que debemos llamar a una espada una espada. Éste es el momento en que debemos encontrar la raíz del problema y erradicarlo. La raíz del terrorismo islámico es el Islam. La prueba de eso es el Corán.

Nosotros somos un grupo de ex musulmanes que han visto la cara del mal y se han alzado a alertar al mundo. No importa cuán penosa pueda ser la verdad, solamente la verdad puede liberarnos. ¿Por qué tanta negación? ¿Por qué tanta obstinación? ¿Cuántas vidas inocentes más deberán perderse antes de que USTED abra los ojos? Un desastre nuclear está sobre nosotros. Esto sucederá. No es una cuestión de “si” sino “cuándo”. Olvidado de esto, el mundo está enterrando su cabeza en la arena cada vez más profundamente.

Urgimos a los musulmanes a abandonar el Islam. Paren con las excusas, justificaciones y racionalizaciones. Paren de dividir a la humanidad en “nosotros” vs. “ellos” y en Musulmanes vs. Kafirs. ¡Nosotros somos Un pueblo, Una humanidad! Mahoma no fue un mensajero de Dios. Es tiempo de que terminemos con esta locura y enfrentemos la verdad. Los terroristas toman de ustedes su apoyo moral y la validación de sus actos. La mera adherencia de ustedes a su culto de la muerte es una señal de asentimiento para sus crímenes contra la humanidad.

Nosotros también urgimos a los no musulmanes a parar de ser políticamente correctos para no herir la sensibilidad de los musulmanes. ¡Al infierno con sus sensibilidades! Déjenos salvar sus vidas, y las vidas de millones de personas inocentes.

Millones, o miles de millones de vidas serán perdidas si no hacemos nada. ¡El tiempo es cada vez más corto! “Todo lo que necesita el mal para triunfar es que las buenas personas no hagan nada”. ¡Haga algo! Envíe este mensaje a todos los de su lista de contacto y pídales que hagan lo mismo. Derrote al islamismo y detenga al terrorismo. Este es su mundo, sálvelo.

Movimiento de ex musulmanes
www.faithfreedom.org